Caía la primera naranja de la temporada, y se empezaban a escuchar los rugidos de aquel lobo salvaje que acechaba la zona esperando la caída de la noche, esperando que no se cumpliera la profecía dibujada en aquella pared y se convirtiera en hombre con la luna llena.
2 diciembre, 2016 at 7:12 pm
¡Bravo!
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7 diciembre, 2016 at 7:14 am
Brillante como la luna! Muy bueno. Un saludo luminoso
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1 marzo, 2017 at 2:13 pm
Reblogueó esto en Directas & Indirectas.
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